Hace años, cuando escribí un artículo largo sobre Katherine Paterson, intenté leer todos sus libros. Uno que no leí fue El clan de los perros, un relato corto que se publicó por entregas en su momento y que ha llegado a mis manos ahora.
Como es habitual en la autora, la narración se cuenta en tercera persona pero enfocando las cosas tal como las siente su protagonista, Josh, un chico recién trasladado a Vermont desde Virginia. Siguiendo a su perro Manch, un día le ve jugar con otros perros e incluso entiende la conversación que tienen entre sí. En su nuevo colegio hay un chico mayor que intenta gastarle novatadas. De fondo está que no acaba de aceptar a su padrastro.
Como el mundo interior de Josh y la forma en la que logra comprender a los perros están bien narrados, y como los conflictos que se desencadenan tienen tensión, la historia se lee con interés. Los tres hilos argumentales —vida familiar, vida colegial, peleas entre bandas de perros— están tan bien entretejidos como uno puede esperar de Paterson. A la vez es cierto que todo se plantea y se resuelve demasiado rápido, y que la traducción no le hace justicia.
Katherine Paterson. El clan de los perros (The Field of Dogs, 2001). Barcelona: Noguer y Caralt, 2006, 2ª ed.; 95 pp.; col. no indica traductor; ilust. de Emily Arnold McCully; ISBN: 84-279-3554-4.