De las selecciones de los días previos, si tuviera que afinar más, elegiría:
—un cómic para pequeños: Fiesta de pijamas y otras historias, de Sergio Ruzzier.
—un álbum de un autor que siempre acierta: Su propio color, de Leo Lionni.
—un abecedario sencillo y eficaz: El abecedario travieso, de Anna Aparicio Catalá.
—un álbum para comprendernos más: De mal humor, de Geneviève Godbout y Charlotte Zolotow.
—un álbum que habla bien de amistad: Tres son compañía, de F. K. Waechter.
—un álbum distinto a los habituales: Un par de ojos nuevos, de Javier Sáez Castán, Manuel Marsol y Ellen Duthie.
—un libro infantil bien construido e ilustrado: La isla de los frailecillos, de Michael Morpurgo y Benji Davies.
—un cómic que recrea un gran relato: El hombre que plantaba árboles (cómic), de Sandra Hernández y Jean Giono.
—un libro juvenil ameno: El príncipe de los caballos, de Stacy Farrell.
—un relato de ciencia-ficción para jóvenes y para cualquiera: Klara y el Sol, de Kazuo Ishiguro.
—una novela para entender algo más la guerra civil española: Celia en la revolución, de Elena Fortún.
—una novela «histórica» excepcional: Laurus, Eugeni Vodolazkin.
—una novela poderosa: Luisiana, 1923, de Tim Gautreaux.
—un ensayo cultural luminoso: La lira de Linos, de Gabriel Insausti.
—unas memorias de uno de los científicos españoles más importantes: Mi infancia y juventud, Santiago Ramón y Cajal.
Además, quien esté interesado en Cormac McCarthy y en sus novelas recientemente publicadas puede echar un vistazo a mi libro, solo en formato digital, El secreto de la belleza, y quienes siguen la LIJ más de cerca pueden probar con la recopilación de artículos, que acabo de poner en amazon, Luces para el camino.