He leído estos meses atrás Historia de la guerra, una obra con la que el historiador militar John Keegan desea refutar el pensamiento que Carl von Clausewitz expuso en su influyente De la guerra. Keegan intenta mostrar, con un repaso histórico extenso a las guerras emprendidas por distintos pueblos, que la guerra es totalmente distinta de la diplomacia y de la política, y de ninguna manera es «la continuación de la política por otros medios». No me corresponde a mí comentar una obra de este tipo pero sí decir que me ha parecido instructiva y llena de sentido común.
Un ejemplo. Hablando de los hunos describe cómo, «entre los años 440 y 450, las provincias orientales les abonaron trece mil libras de oro —unas seis toneladas— a cambio de la paz. Son esta clase de transacciones las que arrojan dudas en cuanto a la interpretación de las incursiones de los pueblos de la estepa como “huida de cambio climático” o “para forzar el comercio”. La verdad resulta mucho más simple: los nómadas —físicamente curtidos, logísticamente móviles, culturalmente acostumbrados a derramar sangre, éticamente inmunes a las prohibiciones religiosas de arrebatar la vida o limitar la libertad de los ajenos a la tribu— vieron que la guerra merecía la pena».
John Keegan. Historia de la guerra (A History of Warfare, 1993-2004). Madrid: Turner, 2014; 534 pp.; col. Noema; trad. de Francisco Martín Arribas; ISBN: 978-84-14832-21-8. [Vista del libro en amazon.es]