Como un galgo, de Roddy Doyle, es un relato construido con gran habilidad. En él se narran las vidas de cuatro mujeres. La principal es la pequeña, Mary, de doce años. Su abuela Emer está en el hospital, muriéndose. Su madre, Scarlett, y Mary van a verla de vez en cuando. Y un día Mary conoce a una señora en la calle llamada Tansey que… resulta ser el fantasma de su bisabuela. A través de los diálogos entre las cuatro, vivos e incisivos, el lector se hace cargo de cuáles fueron sus relaciones y cuál es el motivo por el que a la bisabuela se le ocurre aparecerse ahora. Es notable la fluidez narrativa que consigue Doyle para llevar y traer al lector del presente al pasado y vuelta, usando distintos narradores, y la chispa sarcástica pero amable que tienen los numerosos diálogos. Se habla, sí, de la muerte y de la pérdida, como ahora es frecuente: intentando paliar la pena, reconociendo las cosas buenas de lo vivido, con una esperanza de corto alcance que no se detiene a pensar si hay o no una inmortalidad detrás (aunque sí acepte que los muertos vuelvan para dejar cuentas arregladas antes de morirse del todo).
Roddy Doyle. Como un galgo (Greyhound of a Girl, 2011). Bambú, 2012; 176 pp.; col. Grandes Lectores; trad. de Roser Vilagrassa; ISBN: 978-84-8343-211-2.