Historia de Lafcadio, el león que devolvió el disparo

SILVERSTEIN, Shel12 años: lectores adolescentes | Narrativa: Fantasía | Título: Lafcadio, the Lion who Shot Back | Año: 1963
 
Historia de Lafcadio, el león que devolvió el disparo

Barcelona: Lumen, 1992; 106 pp.; ilust. del autor; trad. de Víctor Pozanco; ISBN: 84-264-3663-3. Nueva edición, titulada Leocadio, un león de armas tomar, en Pontevedra: Kalandraka, 2016; 112 pp.; col. Libros para soñar; trad. de Miguel Azaola; ISBN: 978-8484642756. [Vista del libro en amazon.es]


«Y ahora, niños, vuestro tío Shelby os va a contar una historia de un león muy raro, el león más raro que he conocido». Así comienza este relato sobre un león sin nombre que no sólo no huye cuando llegan los cazadores, sino que hace frente a uno, lo devora, le coge su escopeta, aprende a disparar hasta llegar a ser el mejor tirador del mundo, nada menos. «¿Y cómo se las apañaba el león para la munición? Pues cada vez que se quedaba sin balas salía a comerse a otro cazador, se quedaba con sus balas y volvía a practicar». A partir de entonces, el león devolvía los disparos a los cazadores «hasta que dejaron de aparecer hombres por la selva. Y todo era paz y tranquilidad. Y todos los leones estaban rollizos y eran felices. Y todos tenían alfombras de cazadores». Hasta que un día, en vez de un cazador, llegó el dueño de un circo que, con la promesa de convertirle en el león más grande de la historia, se lo llevó a un hotel, al peluquero, le puso de nombre Lafcadio, y lo hizo viajar por todas partes, firmando autógrafos. «Y dejó de comerse las cartas de los restaurantes. Y aprendió a llevar trajes oscuros y camisas blancas con cuello de botón y trajes marrones con camisas de seda. Y siempre llevaba la cola recogida y sólo la dejaba colgando si se le olvidaba o si se había tomado demasiados batidos». Lafcadio hace gimnasia, patina, anda en bicicleta, toca la guitarra… Pero, rico y famoso, no está satisfecho…


26 febrero, 2008
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