Un legionario de Aquarium es seleccionado para los Juegos Olímpicos. Los galos vigilados por Aquarium se enteran, y quieren participar. Mandan a Astérix y Obélix como representantes, y, como hinchada, viajan todos los hombres del pueblo. Ya en Atenas, antes de comenzar, entretienen su tiempo visitando el Partenón —«para el que le gusten las columnas, no está mal»—. La presencia de los galos hunde la moral de los romanos, hasta que se percatan de que está terminantemente prohibido tomar cualquier sustancia capaz de proporcionar fuerzas suplementarias…
16 julio, 2008