Salamanca: Lóguez, 2003; 36 pp.; trad. de L. Rodríguez López; ISBN 84-89804-66-4.
Un náufrago alcanza una isla. Un pescador intercede ante los demás para que se le aloje y alimente. En cuanto pasa un poco de tiempo el hombre acaba siendo el chivo expiatorio de los males que afligen a la isla, y los más brutales consiguen que se le acabe arrojando fuera. Después ponen murallas altísimas a su isla.
14 agosto, 2012