Los bienes de este mundo, de Irene Némirovsky, es una magnífica novela, de las que conmueven y hacen pensar, ya desde su excelente título. Se publicó en 1941 por entregas, poco antes de la muerte de la autora, y vio la luz como libro en 1947.
Saint-Elme, ciudad del norte de Francia, en 1914. Pierre Hardelot está a punto de casarse con Simone, una rica heredera que su abuelo, propietario de una potente industria papelera, ha elegido para él. Pero Pierre precipita los acontecimientos y se compromete con Agnès, una amiga de la infancia, de familia modesta, lo que le gana la enemistad permanente de su abuelo. Estalla la primera Guerra Mundial y Pierre se ha de incoporar a filas. También Simone se casa con Roland Burgères, un soldado a quien conoció durante los años de guerra. Después, a buen ritmo, en capítulos cortos, se cuenta la vida de las dos familias y los sucesos que marcan el crecimiento de los hijos, Pierre y Colette Hardelot y Rose Burgères, hasta el año 1941, cuando ha estallado la segunda Guerra Mundial y los alemanes han entrado ya en Francia.
El marco social se pinta con pocas pero suficientes líneas. Los personajes resultan cercanos pues el narrador logra retratarles bien y transmitir con fuerza sus emociones. El tramo final tiene la fuerza propia de una narración testimonial que presenta de forma vívida las reacciones de la población ante los acontecimientos de los años 40 y 41 y el progresivo desmoronamiento del orden social.
Irene Némirovskiy. Los bienes de este mundo (Les Biens de ce monde, 1941-1947). Barcelona: Salamandra, 2014; 221 pp.; col. Narrativa; trad. de José Antonio Soriano Marco; ISBN: 978-84-9838-575-5. [Vista del libro en amazon.es]