Signos visibles

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Signos visibles

Un poema de Czesław Miłosz titulado Veni Creator:

«Ven, Espíritu Santo,
doblando (o sin doblar) la hierba,
apareciendo (o no) sobre nuestras cabezas con una lengua de llamas,
cuando hay la siega del heno o cuando al arado va un tractor
en el valle de bosques de nogales, o cuando las nieves
oprimen los abetos tullidos en Sierra Nevada.
Soy sólo un hombre, por eso necesito signos visibles,
me canso rápidamente de construir escaleras de abstracción.
He pedido más de una vez, bien lo sabes, que una figura en la iglesia
alzara el brazo para mí, una vez, una sola.
Aunque entiendo que los signos sólo pueden ser humanos.
Despierta, pues a un hombre, dondequiera que sea en la tierra,
(no a mí, puesto que al menos sé qué es la decencia)
y permite que, al mirarlo, pueda admirarte a Ti».

Czesław Miłosz. En «Ciudad sin nombre» (1969), Tierra inalcanzable. Antología poética (2011). Barcelona: Galaxia Gutenberg – Círculo de lectores, 2011; 438 pp.; trad., selección y prólogo de Xavier Farré; ISBN: 978-84-8109-935-5 y 978-84-672-4454-0.

 

19 mayo, 2013
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