Un libro de relatos cortitos de José Jiménez Lozano que he leído hace poco: El azul sobrante. Igual que las historias de La piel de los tomates o El ajuar de mamá o esta Antología de cuentos, también las de este libro dan idea, entre otras cosas, de aspectos de nuestra vida social que, a veces, no queremos ver.
Así, entre más ejemplos que se podrían poner, vale la pena leer «La educación política», sobre la visita que hace la psicóloga del Ayuntamiento, encargada de la Tercera Edad, a una vieja para organizarle la vida, por su bien, pero ella le dice que, como ya está en la Cuarta Edad, deben dejarla en paz. Igual que conviene conocer la explicación que apuntan dos señoras de pueblo en «Los titiriteros», acerca de cuáles pudieron ser las razones del suicidio de una chica embarazada, así como su conclusión: «Nunca se sabía nada de la historia de nadie».
El estilo coloquial y cálido que aquí emplea el autor se puede apreciar, por ejemplo, en este párrafo de «Las tarifas» acerca de una señora de pueblo que «ya se había acostumbrado a esta cocina de vitrocerámica, especialmente porque era una cosa muy limpia, y aunque tuviera el defecto de todas las cosas modernas, que era el de que no remataban, porque tener un fuego para guisar en la cocina y que no calentase la habitación a la vez que cocía las patatas, pues era un invento que sí, pero que no».
José Jiménez Lozano. El azul sobrante (2009). Madrid: Encuentro, 2009; 202 pp.; col. Literatura; prólogo de Guadalupe Arbona; ISBN: 978-84-7490-999-9.