
No sé si las nursery rhymes inglesas tienen o no una mayor riqueza que sus equivalentes españolas: seguramente no hay forma de probar algo así y, en definitiva, tampoco nos aporta nada relevante que lleguemos a una conclusión u otra. Lo que sí es un hecho es que, a lo largo de la historia, su capacidad de inspirar buena literatura infantil ha sido superior. Y, por ejemplo, una buena parte de la potencia y riqueza de la poesía infantil de María Elena Walsh se debe a su influencia.
29 agosto, 2006