Es una satisfacción que haya vuelto al mercado la edición de Pinocho, de Carlo Collodi, con las fantásticas ilustraciones de Roberto Innocenti. Collodi compuso Pinocho como una continua lección moral y con prisas debido a las urgencias de la revista donde debían ir apareciendo sus capítulos. Pero consiguó un relato con personajes y resonancias inolvidables, entre las que destaca Gepeto y su inalterable amor por su hijo, rebelde al principio y agradecido al final.
26 octubre, 2005