Gervase Phinn fue primero profesor de primaria y luego ejerció diez años como inspector escolar en el condado de North Yorkshire, al norte de Inglaterra. Al otro lado del valle: Diario de un inspector escolar en Yorkshire, el primer libro de sus memorias, empieza por su nombramiento como inspector escolar de primaria y luego, en los 25 capítulos siguientes, rememora incidencias de su primer año en ese trabajo, sobre todo visitando escuelas para revisar su funcionamiento. Habla de las relaciones con sus colegas inspectores y con directoras de colegios y presenta el comienzo de su enamoramiento de la señorita Bentley, una profesora que conoce al principio. Varias veces pone de manifiesto sus ideas sobre la importancia de que los niños aprendan, sobre todo, a leer y escribir bien, idea que queda clara ya desde la escena-prólogo con la que arranca el libro.
Otro de los propósitos del autor es el de aplaudir la profesión de maestro —«el papel más desafiante, satisfactorio y quizá el más importante de la sociedad»— y, a través de su propio aprendizaje, hacer notar que hay que dedicar tiempo a escuchar a los niños, a procurar entender sus modos de pensar y hacerse cargo de cómo son sus vidas, etc. Por su tono amable y por su estructura episódica el libro puede compararse con el famoso Todas las criaturas grandes y pequeñas, donde hace varias décadas James Herriot contaba sus andanzas como veterinario rural también en Yorkshire. Igual que allí, todo está narrado con sentido del humor y sentido común, se presentan amablemente los personajes que van apareciendo, y se hacen excelentes descripciones de paisajes.
Además, algunas escenas y diálogos con niños son realmente memorables. Lo que aún debe aprender el autor y protagonista sobre la vida en el campo se pone de manifiesto cuando los niños le hablan de las ovejas, de las vacas, de los problemas a los que han de hacer frente sus familias. Para quienes observan el mundo animal desde la perspectiva urbana o disneyana, y para quienes no se dan cuenta de cómo leen las cosas los niños del campo, es fabulosa la escena en la que Phinn lee en alto el famoso Cuento de Perico el conejo, de Beatrix Potter, y se sorprende cuando Peter, de unos ocho años, le interrumpe y le dice que los conejos «son una condenada molestia», que en su familia les disparan pues son capaces de comerse la cosecha entera en una semana; además, una niña de diez años le apoya y dice que su familia no les dispara sino que los gasea pues así los detienen, y Pedro acaba diciéndole a Phinn que «el pobre conejo Perico me importa un pimiento», que él por quien siente pena es por el señor MacGregor, «que intenta cultivar sus verduras mientras lo rodean un montón de conejos hambrientos».
Gervase Phinn. Al otro lado del valle: Diario de un inspector escolar en Yorkshire (The Other Side of the Dale, 1998). A Coruña: Ediciones del Viento, 2023; 320 pp.; col. Viento abierto; trad. de Raquel Bahamonde Barreiro ; ISBN: 978-8418227424. [Vista del libro en amazon.es]