Muchas veces, para explicar qué no es un álbum, he dicho con total seguridad que un álbum no es un storyboard de una película. No lo volveré a decir de modo tajante después de ver Nocturno, de Pascal Blanchet, una novela gráfica de la que se puede afirmar que es como un gran storyboard donde cada imagen es como un momento de una película.
Nueva York, año 1948, Anne Scheffer canta de noche por la radio la canción de Cole Porter In the still of the night. La narración sigue las peripecias independientes de tres personajes solitarios, o casi-solitarios, durante algunas horas: las de la propia Anne Scheffer, primero mientras canta y, luego, al marcharse después de terminar aquella canción; las de una camarera que, mientras oye la radio, recibe una llamada por teléfono que le hace dejar el bar y tomar un autobús de largo recorrido; y las de un escritor rechazado que tiene una disputa con su mujer.
Novela gráfica que, como La fuga, evoca el mundo del jazz. Al final se indica la música que el autor pone a cada escena. Esto parece indicar que la aspiración del libro es llegar a ser un relato audiovisual diferente al propio de un libro. Pero la potencia de las ilustraciones y el cuidado con el que están hechas nos dice que, tenga el autor o no ese objetivo, también así se puede componer un gran relato que tiene valor como libro. Cada doble página contiene una ilustración que intenta capturar los acentos del momento, tanto los ambientales como los emocionales. Hay muchas páginas en negro donde sólo vemos siluetas iluminadas, hay otras con picados y contrapicados violentos, muy cinematográficos. En todas las que presentan personajes hay reminiscencias de los cuadros sobre gentes y lugares solitarios tan propios de Hooper. Los textos que van apareciendo lo hacen con tipografías diferentes según cuál sea el origen: si de una canción, si de una transmisión de radio o una llamada de teléfono, etc.
Pascal Blanchet. Nocturno (Nocturne, 2011). Granada: Barbara Fiore, 2012; 140 pp.; trad. de Barbara Fiore; ISBN: 978-84-15208-24-2.