Los amigos, de Kazumi Yumoto, fue un relato compuesto por la escritora para llegar a ser una película, como efectivamente lo fue. Está un poco basado en lo que ella vivió cuando murió su abuelo, como cuenta en el epílogo. Su argumento es que tres chicos japoneses de unos doce años se plantean que nunca han visto morir a alguien y que no saben nada de qué pasa cuando uno se muere. Con ese motivo, hacen un plan para espiar a un viejo que les parece que no tardará en morirse. Pero el viejo se da cuenta: entabla trato con ellos y el caso que le hacen le da nuevos ánimos.
Están bien dibujadas las personalidades de cada chico: el narrador, Kiyama, sensato y responsable; Kawabe, nervioso e impulsivo, enfadado por su situación familiar; y el gordo Yamashita, tranquilo y algo apático. Todo sucede de modo calmado, con muchos diálogos. Dentro de las peculiaridades del ambiente local que se refleja, las situaciones son normales y, a veces, resultan divertidas: se presentan bien bastantes reacciones propias de chicos. Es verosímil cómo los protagonistas aprenden, refuerzan su amistad, y maduran.
No es que las reflexiones sobre la muerte que hacen los chicos vayan muy lejos pero tienen interés. Así, recuerda Kiyama, «un tío mío me dijo hace mucho, mucho tiempo que morirse es dejar de respirar. En aquel momento, le creí. Pero ahora sé que no es verdad. Vivir es algo más que respirar. Y morir tiene que ser algo más que respirar, supongo». También Kawabe apunta en una ocasión: «si lo pensamos bien, es un milagro que sigamos vivos». Y Yamashita señala que si un amigo tuyo muere cuida de ti desde el más allá… y eso es como si fueras invencible.
Kazumi Yumoto. Los amigos (Natsu no Niwa, 1992). Madrid: Nocturna, 2015; 211 pp.; trad. de José Pazó Espinosa; ISBN: 978-84-943354-1-9. [Vista del libro en amazon.es]