Es un hecho que muchas fábulas son relatos imperecederos que gustan siempre a todos y que vale la pena contar y transmitir una y otra vez. Para que los niños los conozcan a veces resulta útil ofrecérselos en ediciones vistosas, como es el caso de Las mejores fábulas de Esopo, doce relatos con ilustraciones y diseño de la inglesa Helen Ward editados por Parramón. Muchos lectores, sin embargo, preferirán una edición de Juventud titulada Fábulas de Esopo, por un lado porque contiene no doce sino cincuenta y tres fábulas y, por otro, incluye grandes ilustraciones clásicas de veintinueve artistas. Pero hay más ediciones, algunas con centenares de fábulas, de Esopo y de otros fabulistas, de los que iré hablando en semanas sucesivas.
2 agosto, 2005