Jacqueline de Romilly: «Un historiador no deja de elegir. Cuando define su campo de estudio, delimita su investigación y se informa, elige. Además, entre los datos que haya podido reunir, por incompletos que sean, y entre los documentos que haya podido conocer y recordar, por limitados que sean, sigue teniendo que elegir. Desde el momento en que establece una secuencia, desde el momento en que escribe una frase que une entre sí dos acontecimientos, está introduciendo ya una interpretación. (…) El historiador es como un fotógrafo de quien se esperara un rigor perfecto, cuando se le encarga fotografiar un objeto mil veces mayor que el campo de su objetivo y en transformación permanente. En una situación semejante, es necesario buscar los aspectos más característicos y hacer con ellos un montaje acertado. ¿Y a partir de qué criterios? Desde luego, también aquí la exigencia es que el historiador dé prueba de honradez y escrupulosidad. Pero, una vez más, es necesario que se decida. Y aunque le concedamos incluso, en su origen, un específico campo de interés, siempre más o menos en función de la época en la que vive, no deja de ser menos cierto que, en el interior de este campo, y aplicándole todas las cualidades de su espíritu, debe elegir y organizar según su propio pensamiento: para alcanzar el objeto, obra como un creador».
Jacqueline de Romilly. Tucídides. Historia y razón (Histoire et raison chez Thucydide, 1967). Madrid: Gredos, 2013; 255 pp.; col. Biblioteca de estudios clásicos; trad. de Jordi Terré; ISBN: 978-84-249-1114-0. [Vista del libro en amazon.es]