Este verano me recomendó un amigo Morfina, de Mijail Bulgákov, y, en efecto, es un libro magnífico. Contiene ocho relatos acerca de un médico joven, ilusionado e inexperto, destinado en la provincia de Smolensk. Allí ha de hacer frente a todo tipo de dolencias: trastornos infecciosos, problemas quirúrgicos, partos complicados, etc. Morfina, una de la historias, es la descripción de una dependencia a la droga y parece ser parcialmente autobiográfica pues Bulgákov fue morfinómano una temporada.
Lo que el narrador cuenta es, sobre todo, su lucha interior para no ceder a la tentación de la huida, ni a la de una mediocridad irresponsable, y que se dice a sí mismo con frecuencia que «hay que aprender con humildad». Los relatos son directos, rápidos, y tienen una cierta dosis de ironía. Queda bien retratado el médico protagonista, inseguro pero también decidido, cuya dedicación a su trabajo tiene una irreflexiva pero indiscutible componente de heroísmo.
Mijail Bulgákov. Morfina (Morfi, 1927). Madrid: Anagrama, 1991; 174 pp.; col. Compactos; trad. de Selma Ancira; ISBN: 84-339-6707-X.