Un perro y un gato, de Chené Gómez y Paula Carbonell, es un buen ejemplo de un tipo de álbumes: el que forman los basados en textos de narradores orales, donde las frases son cortas, contundentes y sonoras, para ser leídas o dichas en voz alta y, si es el caso, enfáticamente: «Un perro y un gato se conocieron. El perro dijo: ¡Guau!. El gato dijo: ¡Miau! Pero no se entendieron». Al tiempo que la historia progresa, el vocabulario aumenta: «El perro gruñía. El gato bufaba».
El argumento también es una muestra de cómo algunos relatos, por medio de personajes interpuestos, sirven para que los lectores y oyentes saquen conclusiones: en este caso, acerca de los motivos nimios para los enfados y la irritación que a veces pueden brotar en la convivencia, y acerca del cauce que, al final, se les ha de dar. Las ilustraciones, compuestas equilibradamente con dibujos en ceras y collages, presentan figuras amables con actitudes reconocibles, y usan con acierto los escenarios y los colores para sugerir más de lo que las palabras solas dicen.
Chené Gómez. Un perro y un gato (2011). Texto de Paula Carbonell. Pontevedra: OQO, 2011; 32 pp.; ISBN: 978-84-9871-362-6.