Otras dos obras clásicas de teatro infantil: El príncipe que todo lo aprendió en los libros, de Jacinto Benavente, y La cabeza del dragón, de Ramón del Valle Inclán. Me parecen interesantes por su valor histórico y por lo que tienen de intentos serios de hacerse a la mente y al gusto infantil. Eso sí, no veo fácil que, tal como están, puedan «funcionar» como narraciones o en un escenario.
13 enero, 2009