He oído hablar bien de libros de Sonya Hartnett, una escritora australiana, pero, que yo sepa, en castellano sólo se ha publicado El burrito de plata y un álbum del que hablaré dentro de unos días.
Primera Guerra Mundial. Pueblo de la costa de Francia en el Canal de la mancha. Una mañana de primavera, Cocó y su hemana Marcelle encuentran a un oficial del ejército británico, el teniente Shepard, en el bosque. Ha perdido la visión y, por lo que sabremos, está huyendo, horrorizado, del frente de guerra. Las niñas le llevan comida y terminan pidiendo ayuda a su hermano mayor, para que el teniente pueda pasar el Canal y volver a su casa.
La historia está contada con amenidad y un punto de poesía. El hilo principal del soldado que huye no deja de ser un pretexto para contar cuatro relatos sobre burros. Uno, una versión muy libre de la burra que llevó a san José y la Virgen a Belén. Otro, que un día el sol decide no salir y, además, no hace caso a quienes le piden que cambie su decisión, salvo cuando el burro lo hace. Otro más, acerca de un camillero que, durante una guerra, iba con su burro allí donde había heridos para recogerlos. El cuarto, la historia del burrito de plata que el soldado conserva como un amuleto.
Sonya Hartnett. El burrito de plata (The Silver Donkey, 2004). Barcelona: Vicens Vives, 2010; 174 pp.; col. Cucaña; ilust. de Laura Carlin; trad. de Adolfo Muñoz; ISBN: 978-84-682-0032-3.