Hasta el momento se han publicado en España dos álbumes de la ilustradora francesa Rébecca Dautremer: el poético Enamorados y Babayaga, la bruja característica del folclore ruso que figura en varios relatos de los recogidos por Alexander Afanásiev. Para mí son un buen ejemplo de una combinación que ocurre con cierta frecuencia: poderosas ilustraciones, álbumes fallidos. Si un adulto con conocimientos de arte apreciará la potencia del trabajo de la ilustradora, cualquier adulto dudará de que los álbumes como tales gusten a los niños, aunque por distintas razones. En el primer caso, y al margen de consideraciones sobre la conveniencia de ilustrar o no los textos poéticos, porque tales textos se dirigen a un tipo determinado de adultos y no a un público infantil. En el segundo caso, y sin entrar ahora en matizaciones, porque fallan los acentos del texto: cuando a un personaje temible de un cuento de hadas clásico se le trata con tonillo humorístico, su fuerza se diluye y entramos en el terreno Disney, y entonces hay un tipo de imágenes que no cuadran… Por otra parte, aunque como ya he dicho las ilustraciones están muy trabajadas e indican gran talento, una pregunta a la que no sé responder del todo es esta: los enfoques a veces tan forzados que usa la ilustradora, también tan de cine podríamos decir, ¿son necesarios siempre?, ¿están siempre al servicio de la historia? ¿no añaden una sofisticación artificiosa?
Rébecca Dautremer. Babayaga (2003). Texto de Taï-Marc Le Thanh. Zaragoza: Edelvives, 2004; 31 pp.; trad. de P. Rozarena; ISBN: 84-263-5505-6.