Se vende mamá, de Care Santos, es un relato muy divertido cuyo protagonista es un excepcional narrador. Óscar, de ocho años y medio, desea cambiar a su mamá por otra pues está cansado de que la suya le diga tantas veces que ha de ser responsable y de que no le deje hacer muchas cosas que le apetecen. Además, desde que apareció en escena El Garbanzo, su hermano pequeño, su relación con ella ya no es la misma. Con ayuda de su amiga Nora, hija de un famoso presentador de televisión, pone un anuncio en internet: «se vende mamá».
Dejando de lado las peculiaridades de los narradores niños en este tipo de libros, Óscar resulta convincente porque, a través lo que cuenta, quedan claras algunas preocupaciones interiores de los niños y sus necesidades de una vida familiar ordenada. Él no lo formula explícitamente así pero, si le damos un poco de tiempo, no tardará en decirlo: «a veces los niños necesitamos dos años para entender algo, pero al final lo conseguimos, todo es cuestión de no perder la confianza en nosotros». Están bien hilados los enredos que se suceden y abundan los golpes excelentes: unos por la indecisión del narrador —«mi padre siempre dice que mis neuronas se colapsan cuando tienen que tomar decisiones»—, otros por su capacidad para encontrar imágenes plásticas —«los remordimientos se parecen al queso derretido»—, otros por el recurso al humor hiperbólico —«anda, déjame a mí, que eres más lento que un caracol lesionado»—.
Care Santos. Se vende mamá (2009). Madrid: SM, 2009; 129 pp.; col. Barco de Vapor, serie azul; ilust. de Andrés Guerrero; ISBN: 978-84-675-3571-6. Nueva edición en 2015; ISBN: 978-8467576993, [Vista del libro en amazon.es]