El proyecto Tetraedro, de Shelley Pearsall, es una novelita escolar entretenida y bien hecha. Es un ejemplo de cómo una buena elección de lo que se cuenta y lo que se deja fuera, y el mismo hecho de optar por un relato más bien esquemático, hace que el lector pase por alto los defectos y acabe interesado en las historias y los motivos de los personajes.
29 septiembre, 2010