Un libro que tenía previsto leer desde hace mucho y acabo de leer ahora: El mundo de ayer, de Stefan Zweig. Son las memorias del autor, escritas en el exilio y publicadas en 1944, tras su muerte. Lo había empezado en 1934 y el manuscrito lo envió a su editor el día antes de suicidarse. El subtítulo, «memorias de un europeo», da idea tanto de su talante personal, tan ajeno a cualquier nacionalismo de miras cortas, como del dolor por haber tenido que exiliarse varias veces y por la evolución de los acontecimientos históricos.
Cuenta con amenidad su vida infantil y juvenil en Viena, con una descripción brillante del ambiente educativo y de ambiciones culturales en el que creció; explica cómo empezó su dedicación a la literatura; habla de su pasión por coleccionar manuscritos; rememora su trato con otros escritores y personalidades de su tiempo; va dejando constancia de los profundos cambios sociales y políticos que se iban dando a su alrededor; y termina con las noticias del comienzo de la segunda Guerra Mundial. (Esta reseña en inglés de Wikipedia es buena y más completa que las que aparecen en otros idiomas).
Apunto aquí sólo una consideración de las que hace sobre su trabajo literario. Cuenta que, una vez, se levantó de su escritorio especialmente satisfecho y su mujer le dijo que tenía el aspecto de haber llevado a cabo algo extraordinario:
«Y yo le contesté con orgullo:
—Sí, he logrado borrar otro párrafo entero y así hacer más rápida la transición.
De modo, pues, que si a veces alaban el ritmo arrebatador de mis libros, tengo que confesar que tal cualidad no nace de una fogosidad natural ni de una excitación interior, sino que sólo es fruto de este método sistemático mío que consiste en excluir en todo momento pausas superfluas y ruidos parásitos, y si algún arte conozco es el de saber renunciar, pues no lamento que, de mil páginas escritas, ochocientas vayan a parar a la papelera y sólo doscientas se conserven como quintaesencia. Si algo he aprendido hasta cierto punto de mis libros ha sido la severa disciplina de saber limitarme preferentemente a las formas más concisas, pero conservando siempre lo esencial».
Stefan Zweig. El mundo de ayer: memorias de un europeo (Die Welt von Gestern, 1942). Barcelona: El Acantilado, 2011, 15ª reimpr.; 545 pp.; trad. de J. Fontcuberta y A. Orzeszek; ISBN: 978-84-95359-49-0; vista del libro en amazon.es. Otra edición en Madrid: Alianza editorial, 2022; 456 pp.; trad. de Eduardo Gil Bera; ISBN: 978-8411481281; vista de esta edición en amazon.es.