Son cinco libros: La espada en la piedra (The Sword in the Stone, 1938), La reina del aire y las tinieblas (The Queen of Air and Darkness, 1940; titulado al principio The Witch in the Wood), El caballero malhecho (The Ill-Made Knight, 1941); Una vela al viento (The Candle in the Wind, publicado con la edición completa, titulada Once and Future King, en 1958); El libro de Merlín (The Book of Merlyn, escrito en 1941 pero publicado póstumamente). La edición conjunta de los cuatro primeros en castellano se tituló Camelot: La leyenda del rey Arturo y fue publicada en Madrid: Debate, 1989, 2ª ed.; 728 pp.; col. Literatura; trad. de Fernando Corripio; ISBN: 84-7444-354-7. La edición del último, El libro de Merlín, se publicó en Madrid: Debate, 1996; 183 pp.; col. Debate bolsillo; trad. de Enrique Hegenwicz; ISBN: 84-7444-998-7.
Una nueva edicion, de todos los libros juntos, titulada El Rey que fue y será (The Once and Future King), está en Barcelona: Ático de los libros, 2020; 832 pp.; trad. de Fernando Corripio y Enrique Hegenwica; ISBN: 978-84-17743-47-5. [Vista del libro en amazon.es]
Los hechos se desarrollan en una isla llamada Gramarye, no en el siglo VI en el que pudo vivir un personaje como Arturo, sino en una supuesta Edad Media de varios siglos más tarde. En el primero de los libros —con diferencia el mejor—, se habla de la infancia y juventud de Verruga (Wart), un chico que, guiado por Merlín, acaba descubriendo su identidad real y su futuro destino. En el segundo, titulado al principio por el autor y publicado a veces como La bruja en el bosque, el niño ya es el rey Arturo y en él se habla de su amor incestuoso e inconsciente con su hermanastra, de su matrimonio con Ginebra y de la constitución de la Tabla Redonda. El tercero trata sobre los amores de Lanzarote con la reina Ginebra y con la madre de su hijo Galahad. En el cuarto se narran la lucha de Arturo contra su hijo Mordred, las rivalidades entre sus caballeros, y la caída final de Camelot. El quinto es un largo y sofisticado diálogo de un joven Merlín —pues su vida «se desarrollaba hacia atrás»—con un anciano y desalentado Arturo, que se podría llamar metafictivo pues en él se rememoran las distintas versiones de los mitos artúricos incluida la realizada por «el pobre White», y también filosófico pues abundan las reflexiones de todo tipo sobre cuestiones sociales e ideológicas.