Barcelona: Juventud, 1982, 2ª ed.; 243 pp.; col. Cuentos universales; ilust. de Mª Dolores Salmons; trad. de Susana Palanca; ISBN: 84-261-5514-6.
Veintisiete cuentos cortos. El primero es La princesa que pedía la luna, que trata «de todo lo que sucede cuando la Hija del Rey llora por la Luna». La mayoría son cuentos maravillosos tradicionales, algunos con un toque actual, pero en la mejor tradición de relatos sobre hadas y princesas, leñadores honrados y modistillas laboriosas, reyes que rugen furiosos, peces que hablan con barcos y que sufren «pensando que nunca podrían ver por encima del borde de las cosas, que no llegarían a darse cuenta de lo redondo que era el mundo». Una excepción por su contenido realista es el relato titulado El burro de Connemara: Danny O´Toole cree los relatos fantásticos de su padre sobre un borrico blanco de nombre Finnigan O´Flannagan y no le resulta fácil, en el colegio, hacer frente a las bromas de sus compañeros.