Astérix y Obélix salen de pesca. Después de una terrible tormenta y de saquear a los piratas de siempre, llegan a una tierra donde viven unos romanos muy raros que los galos confunden con mercenarios tracios o cretenses… Después de los consabidos enfrentamientos, Astérix y Obélix se hacen amigos de los indios. Para orientar a una nave vikinga despistada, Astérix se sube a un montón de piedras y los ilumina levantando una antorcha: la primera estatua de la libertad. Regresan con los vikingos y, ya en su tierra, un esclavo galo los conduce de regreso.
16 julio, 2008