Texto de Jon SCIESZKA. Barcelona: Thule, 2007; 30 pp.; trad. de María Negroni; ISBN: 014055758X.
El lobo cuenta su versión de la famosa historia. Después de aclarar que, para él, comer cerdo es tan normal como para nosotros comer embutidos, explica que lo que ocurrió fue que necesitaba un poco de azúcar y fue a pedirle a su vecino, pero tenía un resfriado y estornudó y entonces la casa se vino abajo, (¡a quién se le ocurre hacer una casita de paja!), y entonces vio allí un cerdito y le pareció un desperdicio no aprovecharlo. Algo parecido sucedió en la casa del segundo cerdito. Pero en la casa del tercero, que debía ser el cerebro de la familia, las cosas fueron diferentes… Lo peor fue que luego vino la prensa y sacó las cosas de contexto: no decían nada ni de su resfriado ni de que él sólo iba por azúcar y ya quedó el cliché del lobo malvado…
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