Ilustradora china. Procede de la provincia de Shanxi. Se graduó en Bellas Artes en Tianjin, una ciudad al noroeste de China. Ha trabajado como escultora y en animación. Su primer libro ilustrado es Hija única.
Hija únicaMadrid: Pastel de Luna, 2016; 112 pp.; trad. de David Fernández Campos; ISBN: 978-84-16427-09-3. [
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Álbum sin palabras con la excepción de la nota introductoria de la autora. En ella indica que ha intentado plasmar en el libro los sentimientos de aislamiento y soledad que experimentó al crecer en China durante los ochenta, cuando estaba en vigor la política del hijo único: cuenta que, de pequeña, sus padres se iban pronto y ella se quedaba con su abuela, pero que a veces su abuela no podía venir y se quedaba sola en casa; y que, cuando tenía 6 años y su padre la mandó, sola, en el autobús, a casa de su abuela, se quedó dormida, se pasó de parada, y, al despertarse, se asustó y se bajó del autobús; luego, al cabo de tres horas, siguiendo el tendido eléctrico del autobús, logró llegar a la casa de su abuela. El álbum sigue casi ese guión al principio pero cambia a partir del momento en que la chica se baja del autobús y se siente perdida: entonces emprende un viaje largo con un misterioso ciervo, que también vuela, en el cual conoce a otros animales amistosos —un osito polar, una cabra, una ballena…—, y recorre distintos lugares.
Uno de los grandes libros de los últimos tiempos. Ha sido, justamente, alineado con Emigrantes, de Shaun Tan y con El muñeco de nieve, de Raymond Briggs, pues comparte con ellos la estructura secuenciada en viñetas de distinto tamaño, la gran calidad de los dibujos a carboncillo y pastel; el encanto afectuoso de las figuras de la protagonista y de los personajes con los que se relaciona, el ritmo intenso y los acentos oníricos de la narración en las escenas de fantasía.
La narración consigue transmitir los sentimientos de melancolía y soledad de la heroína, en los ambientes urbanos realistas del principio y en los escenarios fantásticos, más cálidos, de la segunda parte del relato. En una entrevista, la autora contaba que Hija Única fue creciendo, en su cuaderno de apuntes, a lo largo de varios años: al principio también con palabras hasta que, al fin, se dio cuenta que comunicaría mejor lo que pretendía sólo con dibujos. Decía también que las fantasías de su heroína se parecen a las que tuvo ella siendo niña, que le ayudaron mucho en su vida, y que su intención fue comunicar esos mismos sentimientos esperanzadores a los futuros lectores de su historia. Se pueden ver escenas de su libro en su página web.
14 diciembre, 2016