BARRERA VALVERDE, Alfonso

BARRERA VALVERDE, AlfonsoAutores
 

Escritor ecuatoriano. 1929-2013. Nació en Ambato. Estudió Letras y Derecho. Fue abogado, diplomático, embajador y ministro de su país, novelista y poeta.


El país de Manuelito
Quito: Alfaguara, 2002, 25ª ed.; 200 pp.; col. Alfagurara Infantil, serie azul; ilust. de Oswaldo Viteri; ISBN: 9789978074091.

Manuelito, un chico huérfano, huye de la hacienda donde servían sus padres y emprende un viaje por todo el Ecuador. Recorre sus distintas regiones, hace amistad con habitantes de cada una, escucha diferentes historias, aprende a conocer mejor a los hombres de su tierra y a valorar de verdad a su país. Entretanto, los patrones de su antigua casa mandan una y otra vez un emisario para intentar que vuelva.



Igual que Carlota CARVALLO quiso mostrar el Perú al escribir Rutsí, Alfonso Barrera desea, con El país de Manuelito, transmitir interés y afecto hacia las tierras y la gente del Ecuador. Lo mejor de su historia es justo eso: el colorido con que describe a quienes tejen ponchos y tapices, a los talladores que «labran» púlpitos y altares, a los pescadores, a quienes trabajan en los pequeños talleres, a quienes protegen la fauna de las islas Galápagos… Tienen categoría varios relatos cortos que unos y otros van contando a Manolito en su periplo: el del desafío entre un pájaro de tela y un pájaro marino, el del fantasmita negro Mandinga, el del albañil que pactó con el diablo para construir un templo…

De lo dicho se deduce que Manolito es sólo el hilo conductor del argumento y, aunque crece y madura y recibe buenos consejos, sus idas y venidas están al servicio de lo que se nos quiere contar y no al de mostrarnos el crecimiento de su personalidad. De todos modos, se puede disfrutar también de las frases sentenciosas que le van diciendo: el tallador le indica que «la mejor manera de medir el tiempo consiste en iniciar una tarea», un escritor le hace notar cómo «en un camino existen dos paisajes distintos: el que ves adelante y el que dejas»… El texto contiene quejas contra los políticos al uso que, aunque correspondan a la realidad, parecen aportar poco en un libro como este; y algunos lamentos poco matizados como, por ejemplo, este pensamiento de Manolito: «Los leñadores son unos hombres buenos que hacen obras malas, porque derriban árboles y vuelven feos los cerros más hermosos».


18 diciembre, 2013
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