Escritor español. 1938-. Nació en Valencia. Doctor ingeniero agrónomo. Es uno de los más populares autores españoles de relatos infantiles durante las últimas décadas del siglo XX.
Las cosas del abueloBarcelona: Noguer, 2000, 10ª impr.; 94 pp.; col. Mundo Mágico; ilust. de José Antonio Alcázar Iberlucea; ISBN: 84-279-3345-2.
A Trompo y Juli les gusta visitar a su abuelo Nicomedes en el asilo porque les entusiasman sus inventos y con él se divierten muchísimo: no sólo es cómplice sino director de escena de sus travesuras. Para los padres de Trompo y Juli, que sus hijos salgan, por ejemplo, a cazar bostezos, son «cosas del abuelo».
El robot despistadoRelato incluido en
Las cosas del abuelo; Barcelona: Noguer, 2000, 10ª impr.; 94 pp.; col. Mundo Mágico; ilust. de José Antonio Alcázar Iberlucea; ISBN: 84-279-3345-2.
PP-13 es uno más de los alumnos de escuela de robots que está junto a la Plaza de las Siete Pirámides de Acero inoxidable, según se sube por la rampa en espiral a mano izquierda. Pero PP-13 es un robot distinto, despistado y ocurrente, lo que no parece gustar a los Cerebros Superiores.
Oposiciones a bruja y otros cuentosMadrid: Anaya. Madrid, 2005, 13ª ed.; 116 pp.; col. El duende verde; ilust. de
Javier SERRANO; ISBN: 84-207-2787-3. [
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Cinco relatos: «Oposiciones a Bruja», sobre brujas jóvenes y modernas; «El tesoro del Faraón», sobre tesoros y arqueólogos y sustituciones de personalidad; «La princesa que inventó el pantalón vaquero», sobre princesas y moda; «El televisor perpetuo», sobre viajes en el tiempo; «El planeta tierra se examina», de ciencia-ficción humorística.
¡Canalla, traidor, morirás!Madrid: SM, 2001, 7ª ed.; 106 pp.; col. El Barco de Vapor, serie roja; ISBN: 84-348-4336-6.
El narrador pasa las vacaciones en un pueblo de Castilla, años después de la Guerra Civil española. Su profesora de literatura le había mandado leer, en la obra de Shakespeare, el asesinato de Julio César y el famoso discurso posterior de Marco Antonio, y escribir una redacción sobre esos pasajes. El narrador combina esa lectura con la de sus tebeos favoritos…, y concluye que Shakespeare desperdicia las posibilidades de la escena por lo que intenta redactarla de otro modo. Esto se une inesperadamente con unos sucesos de la vida del pueblo: amenazas anónimas al alcalde, batidas de la guardia civil para encontrar al autor, probablemente un maquis…
Los relatos del autor son positivos y amables, revelan un ingenio chispeante y combinan una prosa rica y popular a la vez. El más característico de los registros que usa es el de una fantasía humorística, denominada por el propio autor como «fantasía comprometida», porque con esa perspectiva aborda cuestiones propias de la corriente realista de la literatura infantil actual: incomunicación, guerras, la soledad de los ancianos, la contaminación del medio ambiente, etc.—.
Si Las cosas del abuelo habla de un acompañante más cercano y tan o más creativo que una institutriz como Mary Poppins, a ASIMOV difícilmente se le ocurriría un ejemplar como el entrañable robot despistado PP-13. Con imaginación y sentido del humor, el autor construye unos relatos divertidos y sugerentes, a los que no faltan gotas poéticas. He aquí un breve ejemplo: Trompo y Juli podían acudir cuando quisieran a la «ruidoteca» del abuelo y allí se dedicaban a escuchar «el mágico concierto de todos los sonidos coleccionados: Risas. Murmullos. Tarareos. El cantar de un grillo a los lejos. Aguaceros. El vibrar de las alas de una libélula al planear sobre un riachuelo. Balidos. Esquilas. Chisporroteos de un fuego de leña. El gorgoteo de una fuente antigua. Y el carraspear de un achacoso violín de un mendigo que tocaba por las esquinas el pasado invierno…».
Una breve muestra de la notable capacidad del autor para realizar descripciones visuales se puede apreciar en, por ejemplo, una escena tomada de La princesa que inventó el pantalón vaquero: la entrada de la cueva «era una grieta entre rocas cubiertas de musgo. Su bóveda estaba iluminada por miles de luciérnagas danzarinas. En la chimenea ardía un fuego de llamas azuladas. Unos búhos dormitaban en un rincón. Una flauta que flotaba en el aire y debía sentirse muy sola tocaba un concierto muy dulce».
¡Canalla, traidor, morirás! es un relato realista con un excelente primer tramo: la presentación del ambiente y la corrección a Shakespeare de las escenas de Julio César. La calidad de la prosa y el buen humor se combinan con la originalidad del planteamiento, para dar lugar a unas páginas memorables. También la segunda parte manifiesta soltura y oficio, pero las escenas de la irrupción del maquis y las distintas reacciones del narrador son un lugar común en novelas juveniles y menos originales.
Otro libro: El pintor de recuerdos, álbum ilustrado por Jesús GABÁN.
25 abril, 2012