CASONA, Alejandro

CASONA, AlejandroAutores
 

Seudónimo del escritor y dramaturgo español Alejandro Rodríguez Álvarez. 1903-1965. Nació en Besullo, Asturias. Maestro. Autor teatral de fama. Salvo algunos viajes aislados, desde 1939 hasta 1963 vivió en América. Murió en Madrid.


Flor de leyendas
Madrid: Espasa, 2003, 1ª ed., 18ª imp.; 256 pp.; col. Nueva austral; introducción de María Teresa Cristina García Álvarez y Modesto González Cobas; ISBN: 84-239-7233-X; contiene también Vida de Francisco Pizarro. Otra edición en Madrid: Anaya, 2008, 6ª impr.; 224 pp.; ilust. de José María Ponce; Col. Nueva Biblioteca Didáctica; ISBN 10: 84-667-1680-7. Nueva edición en Madrid: ‎ Ediciones modernas El Embudo, 2022; 264 pp.; ilust. de Francisco Rivero Gil y Elena Odriozola; ISBN: ‎ 978-841224759. [Vista de esta edición en amazon.es]

Relatos cortos tomados de distintas obras clásicas. Entre otras, de Las mil y una noches, de la Ilíada, de Los Nibelungos, del Poema del Mio Cid, del Cantar de Roldán, de Guillermo Tell, del Ramayana, del Mahabharata, etc.


Retablo jovial
Madrid: Bruño, 2005, 14ª impr.; 220 pp.; col. Anaquel; introducción, notas y actividades de Juan Luis Suárez Granda; ISBN: 84-216-1477-0.
Existe otra edición en Madrid: Anaya, 2008, 4ª impr.; 176 pp.; ilust. de José María Ponce; Col. Nueva Biblioteca Didáctica; ISBN 10: 84-667-0622-4.

Cinco historias sencillas, humorísticas y ejemplarizantes: Sancho Panza en la ínsula, Entremés del mancebo que se casó con mujer brava, Farsa del cornudo apaleado, Fablilla del secreto bien guardado y Farsa y justicia del corregidor. Las dos primeras se escribieron en los años 30, las tres siguientes en la década de los cuarenta. Todas ellas remiten a obras anteriores: a una historia contenida en el Quijote, a un relato de don Juan Manuel, a un cuento de Bocaccio, a dos relatos populares.



El mismo Casona explica en la introducción a Flor de leyendas que intenta preparar «un libro de lecturas literarias atento a la escala de intereses del niño». Busca «síntesis literarias que conserven, con la trama de la fabulación, su sentido y su esencia, el ritmo y el tono del lenguaje». Atribuye su obra a que «se echaban de menos los correspondientes españoles de una Selma LAGERLÖFF, de un James BARRIE, de un TAGORE. Aquí la literatura infantil se concebía de estas tres maneras: como un pastel insípido y reblandecido, como una antología —algo que no empieza ni acaba— o acogiéndose al fácil recurso de contar argumentos». Casona «pensó unir la sencillez […] al estilo más semejante al original», escogió «los momentos y personajes más bellos o significativos, aquellos que pueden servirle para su finalidad estética y pedagógica. Y en ellos vuelca su alma de poeta y de maestro. Valores como la ternura, la fidelidad, la sabiduría y la virtud dejan su indeleble huella en el alma infantil a través de estos personajes inmortales. La delimitación externa del relato la lleva a cabo de tal manera que no parecen fragmentos sino pequeñas obras maestras acabadas» (María Teresa Cristina García Álvarez y Modesto González Cobas).

Las obras que componen Retablo jovial son un ejemplo de cómo un autor teatral experimentado sabe sacar partido dramático a textos narrativos. Todas ellas tienen un tono didáctico y popular, en el que se pretende ridiculizar conductas humanas típicas. Casona emplea un lenguaje coloquial pero en un castellano antiguo con giros arcaizantes, por ser situaciones de otras épocas.

Casona tiene también dos obras teatrales pequeñas e infantiles, tituladas A Belén pastores (1951), cinco cuadros líricos en la tradición de los clásicos, y El lindo Don Gato (1950), un romance-pantomima que cantan y recitan alternadamente un coro de niñas y un par de juglares, con aires de juego en la que se entremezclan mímica, música y danza.


17 diciembre, 2008
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