LAGERLÖF, Selma

LAGERLÖF, SelmaAutores
 

Escritora sueca. 1858-1940. Nació y falleció en Mårbacka, Värmland. Profesora entre 1885 y 1895. Autora de novelas de gran categoría como Jerusalén, fue la primera mujer en obtener el Premio Nobel, en 1909, y la primera mujer en entrar en la Academia Sueca, en 1914.


El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia
Barcelona: Orbis, 1983; 293 pp.; col. Grandes escritoras.; ISBN: 84-402-0547-3.
Otras ediciones:
—una titulada El maravilloso viaje del pequeño Nils está en Madrid: Gaviota, 2001, 6ª impr.; 236 pp.; col. Clásicos jóvenes; ISBN: 84-392-8202-8.
—otra está en Madrid: Anaya, 2008; 533 pp.; ilust. de Thomas DOCHERTY; trad. de Matilde Goulard de Westberg; ISBN: 978-84-667-5381-4.

Nils, en castigo por sus travesuras, es reducido a un tamaño de veinte centímetros. Abrazado al cuello de Martín, un pato doméstico que se une a una bandada de patos salvajes conducida por la vieja Okka, viaja rumbo a Laponia por todo el cielo de Suecia.



En 1901 encargaron a la autora un libro de geografía sueca, pero no encontró la estructura adecuada hasta que leyó El libro de la selva, de KIPLING. Con esa referencia, Lagerlöf hará que su protagonista madure viviendo entre animales y le dará compañeros semejantes a los de Mowgli: Okka, la vieja gansa que dirige la bandada, se inspira en Akela, el lobo; la zorra Esmirra será el equivalente de Shere Khan… Nils, que había empequeñecido por sus malas acciones, se convertirá en protector de los débiles y enemigo de los crueles, por lo que volverá de nuevo a crecer. El resultado final es una novela extensa, repleta de amor a la naturaleza, que pertenece a distintos géneros: libro de viajes con mucha información, libro fantástico, recopilación de leyendas populares, libro de aprendizaje que refleja el ansia de libertad del niño frente a los mayores… Conviene añadir que su lectura puede resultar laboriosa para un chico joven al que Suecia le pille un poco lejos.

Es más fácil volar alto que bajo

Uno de los personajes inolvidables de la obra de Lagerlöf es Okka, cuya entrada en escena se produce así:

«El pato joven que habíase lanzado tras los patos silvestres, se sentía muy orgulloso de recorrer el país en su compañía y de impacientar y burlarse de los patos domésticos; pero la satisfacción que sentía no impidió que al sobrevenir la noche comenzara a sentirse fatigado. Intentaba respirar con más fuerza e infundir a sus alas movimientos más rápidos; pero a pesar de sus esfuerzos quedóse a gran distancia de sus acompañantes.

Cuando los patos que volaban en último término advirtieron que no podía seguirles, llamaron a gritos al guía de la bandada, colocado en el vértice del ángulo que los patos formaban:

—¡Okka!, ¡Okka! El pato se ha quedado atrás.

—Decidle que es más fácil volar rápida que lentamente —contestó Okka sin dejar de volar como antes.

El pato procuró seguir el consejo y aumentar la rapidez de su vuelo, pero pronto extinguiéronse sus fuerzas y descendió casi al nivel de los sauces que bordeaban los caminos y los campos.

—¡Okka, Okka, Okka! —gritaron nuevamente los que iban a retaguardia y que no dejaban de ver los penosos esfuerzos del pato blanco.

—¿Qué sucede ahora? —preguntó el conductor de la bandada en tono colérico.

—¡Que se cae, que se cae!

—Decidle que es más fácil volar alto que bajo —respondió Okka sin disminuir su velocidad.

El pato aún trató de seguir este consejo, y al querer elevarse un poco más hinchóse hasta el punto de creer que su pecho iba a estallar.

—¡Okka, Okka! —gritaron los patos que iban en último término.

—El pato blanco va a morir; el pato blanco va a morir.

—Decidle —contestó el guía de la bandada— que el que no pueda seguirnos que se vuelva a su casa.

Y todos siguieron volando sin moderar la marcha».


3 octubre, 2006
Imprimir

Comments are closed.