FRANCE, Anatole

FRANCE, AnatoleAutores
 

Seudónimo del escritor francés Jacques Anathole Thibault. 1844-1924. Nació en París. Bibliotecario en el Senado francés antes de llegar a ser un reputado escritor y crítico literario. Su producción abarca todos los géneros literarios, aunque su fama principal procede de sus novelas. Premio Nobel 1921. Falleció en Saint-Cyr-sur-Loire.


Nuestros niños. Escenas de la ciudad y del campo
Barcelona: Olañeta, 2002; 43 pp.; ilustr. de M. BOUTET DE MONVEL; trad. de Francesc Gutiérrez; ISBN: 84-9716-156-4. La edición original puede leerse en la red.

Nueve pequeños relatos. Paquita, a quien su abuelita dice que no trate con pilluelos cuando la manda a un recado, pero que sí se para con el hijo del jardinero. Una descripción del aspecto que tienen distintos niños y de las ilusiones que se ocultan en su interior es el pretexto para El baile de disfraces. Igual que La escuela, quizá el mejor de todos estos textos, una especie de pintura humorística del trabajo que se toma la maestra, Sta. Genseigne, para mantener a todas las niñas inmóviles y con la cabeza recta y verter en ellas sabiduría y buenos modales. María es una niña pequeña que coge flores y a la que su niñera ha prohibido llevárselas a la boca. La flauta de Pan habla de tres niños que contemplan a un vendedor de baratijas. La cuadra de Rogelio trata sobre un niño que cuida sus caballos de madera. El valor describe cómo Federico pierde miedo a un perro debido a las pullas de Luisita. El día de recepción de Catalina, o la recepción que la protagonista monta para sus muñecas. Los pequeños lobos de mar habla de qué ven en el mar, cuando lo miran, los hijos de marineros.



Como indica el subtítulo expresamente, todos estos relatos son escenas contempladas por un adulto, como un ejercicio de reflexión sobre algún aspecto de los afanes de la vida de los niños, y de las relaciones que mantienen entre sí o con su entorno. El interés del autor es entrar un poco en sus mundos interiores y despertar simpatía y comprensión hacia los chicos. Por ejemplo, después de que Luisita se burlase del miedo de Federico a un perro, el narrador nos cuenta cómo, entonces, «su cabeza ha empezado a trabajar mucho. Ha comprendido que hay que temer más la vergüenza que el peligro. Y ha tenido miedo de tener miedo. Por eso cuando, al salir de la escuela, ha vuelto a ver al perro del tocinero, ha pasado orgullosamente ante el asombrado animal. Y dicen, además, que ha mirado con el rabillo del ojo si lo veía Luisita. Es bien verdad que, si en el mundo no hubiese señoras y señoritas, los hombres serían menos valientes».

Álbum valioso por razones históricas: por la importancia que tuvo su autor, hoy menos valorado que años atrás; por ser una muestra de cómo desde siempre los autores consagrados han hecho sus incursiones en la literatura infantil; y, sobre todo, por las cuidadas ilustraciones, en colores suaves y confeccionadas con dibujos lineales, de BOUTET DE MONVEL. En cada relato hay una ilustración grande a color y otras más pequeñas a tinta, compuestas como si fueran escenas teatrales que intentasen atrapar el movimiento y las emociones de uno de los momentos que se narran, y todas ellas expresivas, detallistas y elegantes.


28 febrero, 2007
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