MCKEAN, Dave

MCKEAN, DaveAutores
 

Ilustrador inglés. 1963-. Nació en Taplow, Berkshire. Estudió en esa ciudad Ilustración y Diseño. Fue profesor un tiempo. Enseguida se dedicó a realizar trabajos de ilustración y al cómic. Diseñador de las cubiertas de muchos discos y libros, colaborador habitual de The New Yorker, muchos de sus cómics los ha realizado en colaboración con Neil GAIMAN, a quien conoció en 1986.


El día en que cambié a mi padre por dos peces de colores
Texto de Neil GAIMAN. Barcelona: Norma, 2002; 60 pp.; trad. de Ernest Riera; ISBN: 84-8431-325-5.

El padre del protagonista y narrador no hace otra cosa que leer el periódico. Cuando su amigo Natan le trae dos peces de colores se los acaba cambiando por su padre, a pesar del consejo en contra que le da su hermanita: «Cuando vuelva mamá a casa te la vas a cargar». Cuando la madre llega y ve lo que han hecho sus hijos reacciona con calma pero les dice que vayan y vuelvan a cambiar a su padre por los peces. Pero Natan lo había ya cambiado a otro amigo por una guitarra, y ese otro por una máscara de gorila, y el siguiente por un conejo…



Ilustraciones en las que los dibujos en primer plano son de línea y los fondos son escenas compuestas con colages de muchas texturas que transmiten un aire nervioso. El resultado son unas imágenes narrativas que meten dentro de la historia, que transmiten con fuerza tanto el mundo confuso en el que viven los chicos como la necesidad que tienen de que sus padres les dediquen tiempo.

El texto, indudablemente irónico, tiene sin embargo unos acentos extrañamente serenos que ayudan a pasar por encima del absurdo desencadenante del argumento. Tampoco «hace sangre»: la historia termina de un modo positivo, con la declaración explícita de los chicos de que no tienen un mal padre… Sin embargo, cuando las ilustraciones lo presentan ensimismado con su periódico cuando está volviendo a casa, el lector duda de que se haya enterado de algo.

Otros méritos del relato son que la relación de rivalidad y apoyo entre los hermanos está muy bien dibujada, tanto a través de los diálogos como por medio de las ilustraciones, y que los chicos usan el lenguaje directo y un tanto de argot que cabría esperar pero sin zafiedad. Y aunque algunos adultos pueden sentirse incómodos por el argumento, cualquiera lo reconocerá como excelente para no pocos padres.

Otro álbum: Los lobos en la pared, también con texto de Neil GAIMAN.


10 febrero, 2006
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