Una trama sencilla para un álbum es la de un paseo en el que al protagonista o a su alrededor pasan cosas. Es el caso de, por citar álbumes recientemente mencionados, Korokoro o La sorpresa de Nandi; o, citados más atrás, Las clases de tuba o Un paseo invisible. Pero tal vez el ejemplo más famoso entre los álbumes con ese argumento sea el de Rosie’s Walk, de Pat Hutchins, del que no conozco edición en... Leer más
Ser quinto, de Norman Junge y Ernst Jandl es un álbum estupendo: un mini-relato intenso y unas ilustraciones económicas y bien pensadas. Un ejemplo de cómo algunos autores eligen no contar lo que para otros sería el núcleo de la historia y así ponen a trabajar la imaginación del... Leer más
Después de un chico agobiado como Leo, y de uno angustiado como Ramón, ahora es el turno de Prudencia se preocupa, un álbum de un experto en relatos para prelectores como Kevin Henkes, que da una solución... Leer más
Hay autores que no le cogen el punto a los álbumes ilustrados. Hay otros, sin embargo, que se mueven en ese medio como peces en el agua. Entre ellos está Anthony Browne, que consigue que todos sus álbumes interesen y gusten, aunque no con todos alcance igual altura, como es lógico. Recientemente ha llegado a las librerías Ramón preocupón, una historia simpática sobre un chico tan agobiado como... Leer más
No tanto como El punto, pero me ha gustado Leos, de Peter Reynolds, un autor que sabe narrar muy bien con dibujos sencillos, parecidos a los de Quentin Blake o Jean Sempé. Leo es un chico muy ocupado que hace listas de cosas pendientes hasta que, un día, para remediar sus agobios aparece otro Leo que hace más cosas, y cuando siguen los agobios, aparece otro Leo más, etc. El autor compone una historia que se acelera y coge formato de cómic según van apareciendo más Leos en acción... Y la concluye bien, con un mensaje final bien traído. Peter H. Reynolds. Leos (So Few of Me, 2006). Barcelona: Serres, 2006; 30 pp.; col. Mira y aprende; trad. de Raquel Mancera; ISBN: 84-7871-653-X.... Leer más
La fuerza y la debilidad de algunos álbumes ilustrados es que sólo presentan instantáneas en las que un lector, niño o no tan niño, puede reconocerse. Sus autores persiguen un objetivo limitado: avivar la capacidad de reírse de uno mismo, ayudar a superar complejos y temores. Y, de paso, mostrar el talento del dibujante. Es el caso de ¡Qué horror!, breves textos de Florence Parry Heide a los que pone dibujos el veterano Jules Feiffer. En ambos casos, sin embargo, más interés tienen los otros libros que menciono en sus... Leer más