El bandido del colt de oro, de Simon Roussin, es un relato de aventuras del Oeste que, seguramente, muchos lectores desearían que fuera más largo. Es como una novela juvenil que se presenta en un formato híbrido entre un álbum —pero es más extenso que los habituales— y una novela gráfica —pero es, en este caso, más corta que las habituales—.
Colorado, mediados del siglo XIX. Jesse y Henry Moonlight son dos niños que viven con sus padres en una granja. Unos bandidos asesinan a sus padres y ellos huyen. Aprenden a sobrevivir en la naturaleza y Jesse protege siempre al pequeño. Al cabo del tiempo encuentran a unos bandidos que acaban de asaltar un tren. Jesse se une a ellos pensando en que su hermano pueda comer y dormir…, pero a Henry le repugna unirse a esos hombres, por lo que huye y acaba siendo recogido por un viejo trampero. A partir de ahí sus destinos se separan y Jesse se convierte en un famoso y sanguinario bandido.
El autor confiesa que su relato se apoya en las aventuras que le cautivaron en su infancia y que tiene querencia por los héroes de las películas antiguas, algo que se nota en el tono con el que cuenta las cosas y en la resolución que pone a su argumento. Usa palabras sencillas para narrar los hechos, que presenta con unas grandes imágenes, a doble página, en las que las figuras son realistas y están llenas de movimiento, y los paisajes de fondo, como desiertos, montañas o bosques, tienen unos colores vivos, muy intensos.
Simon Roussin. El bandido del colt de oro (Le bandit au colt d’or, 2013). Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2014; 68 pp.; trad. de Palmira Feixas; ISBN: 978-84-942473-9-2. [Vista del libro en amazon.es]