David Mamet, hablando de teatro: «La performance no es carne ni pescado; es la hija bastarda de la represión estalinista (obras carentes de significado) y del deconstruccionismo (obras sin texto).
El deconstruccionismo y el existencialismo, en lo que se me alcanza, sostienen que no hay significado en nada, salvo el que cada individuo quiera aportar.
Esto, por descontado, es una salvajada intelectual y moral, y procede de fuentes en cierto modo relacionadas. La primera, como más arriba señalamos, es la posición del artista bajo un régimen totalitario; la segunda es lo útil que resulta el deconstruccionismo a los intelectos de segunda fila.
No todo el mundo puede levantar un granero, pero cualquiera puede incendiarlo. Y si tal acto no es envidia brutal sino expresión de libertad nietzscheana, es decir, si al pirómano no sólo se le permite su crimen, no sólo no es castigado, sino que se le alaba, habrá a continuación muchos frustrados en su ansia de reconocimiento que se pondrán a la tarea de quemar graneros».
David Mamet. Manifiesto (Theatre, 2010). Barcelona: Seix Barral, 2011; 174 pp.; col. Los Tres Mundos; trad. de Ramón Buenaventura; ISBN: 978-84-322-0920-8.