El cocodrilo (1865)

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El cocodrilo (1865)

Después de haber pintado, en sus relatos previos, a funcionarios como Projarchin o Goliadkin, Dostoievski retrata otro más, de distinto tipo, en El cocodrilo, un cuento satírico inconcluso que se puede considerar un precedente de Kafka por su denuncia de la burocracia. El narrador dice lo que le ocurrió a su amigo, Ivan Matveich, cuando, en una especie de feria, un cocodrilo que había allí, se lo traga. La curiosa evolución de los acontecimientos es que ni el narrador ni la esposa de su amigo consiguen llegar a un acuerdo con el propietario alemán del cocodrilo para liberar a Matveich, y que, además, él decide quedarse a vivir en su interior y seguir trabajando como funcionario desde allí.

Si algunas de las historias anteriores de Dostoievski transcurrían en un mundo un tanto alucinado, en ninguna como en esta había recurrido a una fantasía tan grotesca, o a un realismo fantástico si se quiere, un subgénero que cultivará más en relatos posteriores. Decía Dostoievski que tenía «una concepción de la realidad y del realismo totalmente distinta de la de nuestros novelistas y críticos», y reivindicaba su idealismo como más real que el realismo de algunos críticos, que «no puede iluminar una centésima parte de los hechos que son reales y que están ocurriendo». En cambio, señalaba con satisfacción, «con nuestro idealismo hemos predicho los hechos».

En Diario de un escritor, Dostoievski desmiente la interpretación que algunos hicieron de esta historia: la de que intentase hablar alegóricamente de un personaje que acababa de ser deportado, de forma que el cocodrilo representaba a Siberia y el funcionario sería ese personaje. Algunos, decía Dostoievski, «concluyeron que yo, que también había sido deportado y presidiario, me alegraba de la deportación de otro desdichado», algo que ni por asomo había pensado. Lo que sí deseaba criticar era, dice Joseph Frank, «la inhumanidad derivada de las “leyes de la economía”», que presenta como endémicas en la derecha y en la izquierda pues implícitamente identifica las dos en El cocodrilo, «mostrando al progresista Iván Matvéich aceptando la misma doctrina que el capitalista Ignaty Prokófich».

El relato no es consistente porque su autor no hace ningún intento por dar verosimilitud psicológica a sus personajes y a sus relaciones, más bien superficiales. Sin embargo, al mostrar cómo los objetivos humanitarios del amigo tropiezan con las ideas del burócrata convencido por el capitalista, y cómo estos dos hacen que la lógica de la utilidad triunfe por encima de las necesidades de un ser humano, Dostoievski adelanta en este relato una de las discusiones ideológicas cruciales de Crimen y castigo, donde el nihilista Raskolnikov reconoce la similitud de sus propias ideas utilitarias, que le han conducido al asesinato, con las del defensor del capitalismo, Luzhin.

Fiódor Dostoievski. El cocodrilo (Крокодил, 1865), en Cuentos. Madrid: Siruela, 2007; 520 pp.; col. Libros del Tiempo; edición y trad. de Bela Martinova; ISBN: 978-84-9841-086-0. Nueva edición en Madrid: Gadir, 2012; 108 pp.; col. El Bosque Viejo; ilust. de Eugenia Ábalos; trad. de Enrique Moya; ISBN: 978-8494044144.

 

6 abril, 2013
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