Memorias del subsuelo es una novela corta de Dostoievski sobre un personaje aturdido y escindido, escrita después del fallecimiento de su primera esposa y de su hermano más cercano, Mijaíl, y cuando el autor tenía grandes problemas financieros y con el juego. En cierto modo es una continuación de El doble solo que ahora los enemigos del protagonista ya no son imaginaciones sino su propia conciencia, al margen de que sea una más de las muchas historias sobre funcionarios que escribió.
La primera parte es un monólogo interior caótico de un antiguo funcionario, donde piensa venganzas y formula sus pensamientos sobre sus preocupaciones vitales e intelectuales. La segunda parte recuerda cosas de su pasado, un incidente con uno de sus antiguos compañeros de escuela, humillaciones que sufrió en el pasado, su trato ignominioso con una prostituta a la que maltratará.
Relato en el que se da una extraña fusión entre el realismo social de tantas novelas del XIX, la novela-folletón gótico-urbana, y la novela polifónica característica de Dostoievski, aparte del contacto que podemos descubrir con géneros más antiguos. No es cómodo de leer por el tipo de narrador en primera persona que, dice Joseph Frank, «nos toma por sus confidentes hasta un grado que nos incomoda», una incomodidad mayor aún debido a «la aparente falta de ilación de la secuencia narrativa, la combinación de ironía y pathos». Al margen del rechazo que suscita siempre alguien que apunta «¿De qué puede hablar un hombre decente? La respuesta: de sí mismo. Eso haré yo; hablaré de mí».
Una de las cosas más interesantes de la historia, dejando de lado que tal vez sea el más claro antecedente decimonónico del monólogo interior que tantos escritores usaron después, es que Dostoievski por primera vez se plantea exponer, de forma novelesca, los peligros sicológicos y morales que hay tras la ideología radical y mostrar las consecuencias, en la vida personal, de ciertas ideas: el personaje está «firmemente convencido de que cualquier dosis de conciencia es una enfermedad». Con este libro se ve claro algo que afirma Frank: que ningún escritor puede compararse con Dostoievski en su capacidad de retratar la «relación entre las ideas y sus efectos sobre la personalidad humana»; y, en concreto, qué significaría realmente para la conducta humana si se aceptara, como lo hace el hombre del subsuelo, la negación del libre albedrío. Se puede afirmar, por eso, que el genio del autor para mostrar los entresijos de la relación entre la ideología y la psicología, que aquí se reveló ya con fuerza, «se convirtió en la característica de su talento particular y allanó el camino a sus grandes creaciones novelísticas».
Fiódor Dostoievski. Memorias del subsuelo (Записки из подполья, 1864). Madrid: Cátedra, 2003; 198 pp.; col. Letras Universales; edición y trad. de Bela Martinova; ISBN: 84-376-2032-5. Otra edición, titulada Apuntes del subsuelo, en Madrid: Alianza, 2011; 184 pp.; col. Biblioteca Dostoyevski; trad. de Juan López-Morillas; ISBN: 978-8420664484.