El doble fue la segunda obra de Dostoievski. Su acogida no fue buena, debido a que las expectativas creadas por su libro anterior eran muy altas, y debido también a que no se le perdonó, como la primera vez, su parecido con obras previas de Gógol. El narrador y protagonista es un funcionario público llamado Goliadkin que, ya desde los comienzos, resulta un tanto ridículo por sus aires de grandeza y su inseguridad. Al principio su jefe lo rechaza en una comida y, después, al volver a su casa, descubre a un personaje misterioso que resulta ser un doble suyo, Goliadkin II, el cual, en días sucesivos va mostrando un modo de ser resuelto que choca una y otra vez con el original.
En esta historia se ve clara la influencia de Hoffmann, un autor con querencia por los estados emocionales patológicos y la combinación de trivialidades reales con mundos oníricos. Su importancia está en que Goliadkin es un antecesor de las personalidades desgarradas que Dostoievski creó, aunque aquí sólo le pone un marco de referencia exclusivamente socio-psicológico. La narración es en tercera persona pero desde dentro del protagonista: el autor desea presentar una lucha psicológica como si fuera real. Esto indica que no se sabe muy bien si es o no cierto lo que se cuenta: por momentos queda claro que Goliadkin tiene alucinaciones pero, en otros, todo parece responder a una realidad objetiva. Esta técnica, de usar un narrador que por un lado está parodiando a Goliadkin pero que, por otro, usa su mismo lenguaje y finge que se ciñe a su horizonte, provoca que la historia resulte una tragicomedia poco equilibrada.
El mismo Dostoievski, señala Joseph Frank, reconocía que había fracasado al darle al relato un «titubeante vaivén entre lo psíquico y lo sobrenatural. El doble, como proyección imaginaria derivada del delirio de Golyadkin, es un fenómeno perfectamente concebible; en cambio, como su imagen refractada con existencia propia y su mismo nombre, resulta perturbador y misterioso. En el futuro Dostoievski jamás volverá a mostrarse vacilante a este respecto: sus dobles serán alucinaciones definidas, o bien lo que podríamos denominar “cuasidobles”, personajes con vida propia que a la vez son una manifestación más visible de algún aspecto interno de otro personaje».
Fiódor Dostoievski. El doble: poema de Petersburgo (Двойник, 1846). Madrid: Alianza, 2000; 195 pp.; col. El libro de bolsillo, Literatura; nota preliminar y trad, de Juan López-Morillas; ISBN: 84-206-3557-X. Otra edición en 2011; 240 pp.; col. Biblioteca Dostoyevski; ISBN: 978-8420664477.