En Lo que está mal en el mundo, siguiendo la línea marcada en Herejes, Chesterton expone los que consideraba errores de concepto de su tiempo acerca del hogar, el hombre, la mujer, la educación.
Señala que las consecuencias de tales errores nos afectan a todos, lo queramos o no: no solo estamos en el mismo barco sino que todos estamos mareados, dice. Indica que todos ellos están basados en la que califica como la gran herejía moderna: «Alterar el alma humana para que se adapte a sus condiciones, en lugar de alterar las condiciones para que se adapten al alma humana».
La diferencia con otras épocas del pasado, afirma, es que si el hombre ha perdido el rumbo muchas veces en la historia, hoy ha perdido también la meta debido a «la enorme herejía del Precedente. Es el punto de vista de que, como nos hemos metido en un lío, tenemos que meternos en otro mayor para adaptarnos; de que, porque hemos dado un giro equivocado hace algún tiempo, tenemos que ir hacia adelante y no hacia atrás; de que, como hemos perdido el camino, debemos también perder el mapa; y de que porque no hemos realizado nuestro ideal, debemos olvidarlo». Por eso, cuando vemos «lo que está mal, mal en la raíz de nuestros argumentos y nuestros esfuerzos», nuestra «única esperanza es (…) arrepentirnos y retroceder». No basta ponernos de acuerdo en qué cosas son malas sino que también es necesario que tengamos ideales positivos: sin ellos es imposible cualquier tarea de reconstrucción.
De paso, Chesterton aborda también uno de sus grandes temas: la defensa del hombre común, a quien llama Jones, frente a sus grandes enemigos Hudge y Gudge, el Gran Gobierno y el Gran Negocio, dos grandes aliados aunque las apariencias digan otra cosa. Eso se nota, sobre todo, en que mientras vemos al segundo crear un modo de vida muchas veces incompatible con una vida familiar ordenada, el primero afirma que la familia como institución es algo que se debe superar. Y lo cierto es que, consciente o inconscientemente, Hudge y Gudge hacen todo lo posible para mantener desamparado al hombre común.
Un buen ejemplo del estilo argumentativo de Chesterton en su máxima brillantez está en la conclusión, cuando comenta que se promulgó una orden en la que se decía que había que cortar el pelo muy corto a las niñas pequeñas: en vez de suprimir los piojos al gobierno se le ocurre suprimir el pelo… Y, a partir de aquí, Chesterton construye toda su teoría que, al final, resume así: «porque una niña debe tener el pelo largo, debe tener pelo limpio. Porque debe tener pelo limpio no debe tener hogar sucio. Porque no debe tener hogar sucio, debe tener una madre libre y tranquila. Porque debe tener una madre libre, no debe tener un propietario usurero. Porque no debe tener un propietario usurero debe haber una redistribución de la propiedad. Porque debe haber una redistribución de la propiedad, debe haber una revolución…».
Notas en las que aparecen textos tomados de este libro son: Aprender a conversar, Salvar a los niños, Milagros del amor, ¿Cómo convertir a los borrachos en catadores?, Valor real.
G. K. Chesterton. Lo que está mal en el mundo (What´s Wrong with the World, 1910). Madrid: Ciudadela, 2006; 208 pp.; col. Ciudadela ensayo; trad. de de Mónica Rubio Fernández, ISBN: 84-934669-7-2. Nueva edición en Barcelona: El Acantilado, 2008; 256 pp.; trad. de Mónica Rubio Fernández; col. El Acantilado; ISBN 13: 978-84-96834-73-6. [Vista de esta edición en amazon.es]