Uno de los aforismos reunidos en Palomas y serpientes, de Enrique García-Máiquez, el único con la palabra sonrisa, es un consejo:
—Consejo de Jean Cocteau: «No incurrir en pleonasmos, no hacer poesía poética». Por el mismo motivo: no hablar jamás de nada serio sin una sonrisa.
Un consejo que el autor sigue, como se puede ver estos ejemplos de aforismos de tipo personal, político, social, paradójico:
—Me caigo bien, lo reconozco.
(Espero levantarme.)
—Sin principios se empieza mal.
—Se buscaba la gloria; luego, la fama; luego, el éxito; ahora, los «Me gusta» y los retuits; y todavía hay quien habla de progreso.
—«Hablar» empieza con hache muda.
Otro aforismo es una resolución:
—Propósito: escribir cada día mejor, o sea, que se note menos.
Así que aquí van algunos más, de tipo literario, en los que se ve cómo lo cumple:
—El primer verso te lo dan los dioses, y el último hay que devolvérselo. Con intereses.
—La literatura es usar más palabras de las necesarias y que resulten imprescindibles.
—Diferencia
El poeta dice lo que no sabe y el narrador sabe lo que no dice.
Y de propina, dos más:
— Cuento de hadas
El niño, siempre que pisa un charco, pasa a través del espejo.
—El gran problema de la sociedad es la educación, sí, pero el gran problema de la educación es la sociedad.
Aquí está una muy buena reseña. Y aquí, otra.
Enrique García-Máiquez. Palomas y serpientes (2015). Granada: Comares, 2015; 86 pp.; col. La Veleta; ISBN: 978-84-9045-357-5. [Vista del libro en amazon.es]