Gerhard von Rad: «El único modo de entender correctamente las respuestas de los maestros antiguos consiste en interpretarlas desde una perspectiva que se ajuste lo más posible a los presupuestos de su propia comprensión de la realidad, sin los cuales toda respuesta resulta arbitraria. Cualquier manifestación de la realidad es, en sí misma, una magnitud insondable. Sólo una mentalidad ingenua puede apreciarla de manera tan evidente que la lleve a la convicción de que puede medir, sin más, el bagaje cultural y religioso de los demás pueblos con la medida de sus concepciones personales. La visión que tenía Israel de su realidad circundante era totalmente distinta de la de Sófocles. Las doctrinas con las que Israel daba respuesta a las cuestiones más acuciantes de la vida provenían de una mentalidad totalmente liberada de la fe en unos poderes míticos e intramundanos. Su lucha por el conocimiento obedecía a las directrices de una razón perfectamente lúcida que la orientaba hacia un universo desmitificado. Pero las convergencias entre esta desmitificación del mundo, llevada a cabo por Israel, y nuestra concepción moderna de la realidad no son más que aparentes, porque aquella visión del mundo tan radicalmente profana respondía a la idea de que ese mundo estaba no menos radicalmente sometido a la soberana actuación de Dios, es decir, que ese mundo no era más que el resultado de una acción creadora de Dios».
Gerhard von Rad. Sabiduría en Israel (Weisheit in Israel, 1982). Madrid: Cristiandad, 1985; 408 pp.; trad. de D. Mínguez Fernández; ISBN: 84-7057-377-2.