El armario chino, es otro álbum singular de Javier Sáez Castán, en el que la sofisticación aparente sirve para vestir un concepto que parece fácil de comprender pero que, como vemos alrededor, no es tan fácil de aplicar.
Se puede leer empezando por el armario rojo que vemos en portada o por el armario azul que vemos en la otra portada. En cada caso seguiremos la narración en viñetas que corre por la parte inferior del álbum —toda ella en rojo o en azul excepto el armario rojo o azul— y no haremos caso de las imágenes que se ven, al revés, en la parte superior de las páginas. El relato es igual en ambos casos: un matrimonio al lado del fuego de la chimenea que se pregunta por el niño al que vemos en la viñeta contigua, en una habitación en la que está el armario chino de la portada. Todo lo que ocurre es observado por un gato negro. Ambas narraciones con imágenes se abren con un mismo texto de 1911 en el que algunas letras, que van en un caso en azul y en el otro en rojo, y que no se distinguen del todo bien, componen dos mensajes para que un lector paciente los reconstruya.
La historia es enigmática en apariencia pero luego es sencilla. Por un lado, habla de esos mundos propios en los que un niño se puede introducir —el armario sólo se abre por dentro—, que pueden alarmar a los padres cuando comprueban que luego el niño no sale como ellos pensaban que debía salir. Por otro, hace pensar en el hecho de que la narración es exactamente igual en ambos casos y, sin embargo, los adultos no perciben esa uniformidad, que no les preocupa, pero la diferencia de color sí la notan y sí que les inquieta.
Javier Sáez Castán. El armario chino (2016). Barcelona: Ekaré, 2016; 40 pp.; ISBN: 978-84-944291-5-6. [Vista del libro en amazon.es]