Pensar personalmente

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Pensar personalmente

Hay gente que puede precisar muy bien el momento en el que tuvieron una revelación que fue también una liberación: esa vez que preguntaron a sus padres o a sus profesores y, al recibir respuestas confusas, se dieron cuenta de que los adultos que les rodeaban podían responder bien sobre los medios pero no tenían idea sobre los fines. Eso dice de sí mismo E. F. Schumacher en su Guía para los perplejos, quien entonces empezó a caer en la cuenta también de que «la mente humana, en general, no se limita a pensar: piensa con ideas que, en su mayoría, simplemente adopta o se apropia de la sociedad que le rodea».

 

17 septiembre, 2005
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