El contexto. Una parodia, es una novelita de Leonardo Sciascia útil para estos tiempos en que vivimos. Una nota final aclara un poco el sentido de su obra: por qué la llama una parodia cuando viene a ser un apólogo sobre el poder que degenera en una red mafiosa.
El protagonista es el inspector Rogas, un personaje del que se nos dice que detesta cualquier tipo de apuesta porque no quiere correr el riesgo de ganar ya que siente debilidad por las derrotas y por los derrotados. Su intención de descubrir al asesino, primero del fiscal Varga y luego de otras personas, topará con un muro de miedos y silencios.
El relato, igual que otros del autor siciliano, habla de un país en el que las ideologías se reducen a puras denominaciones en el reparto de papeles atribuidos por el poder y donde lo único que cuenta es el poder por el poder. A pesar de que no se muestre ninguna luz al final del túnel, las reflexiones que se hacen en la novela son interesantes:
«—¿Qué significa ser inocente cuando se cae en el engranaje? No significa nada, se lo aseguro [—le dice un tipo a Rogas—]. (…) Como cruzar la calle, y acabar debajo de un coche. Inocente, y ha sido atropellado por un coche. ¿Qué sentido tiene decir algo así?
—Pero no todos son inocentes —dijo Rogas—. Me refiero a los que caen en el engranaje.
—Tal como va el engranaje, podrían ser todos inocentes.
—En ese caso también se podría decir: tal como va la inocencia, podríamos caer todos en el engranaje».
Leonardo Sciascia. El contexto. Una parodia (Il contexto. Una parodia, 1971). Barcelona: Tusquets, 1991; 167 pp.; col. Andanzas; trad. de Carmen Artal; ISBN: 84-7223-379-0.