El reino políticamente correcto

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Hubo un tiempo y un mundo en el que abundaban los fanáticos de lo políticamente correcto. Gobernaba entonces un rey llamado Quimby II, que aprobó algunas leyes con un intento decidido de que todas las afirmaciones que se hicieran fueran realmente precisas. Así, «si una leyenda hablaba de un célebre héroe y decía que «todos los hombres admiraban sus proezas», cualquier bardo que apreciase su vida añadiría rápidamente «excepto un par de personas en su pueblo natal que le consideraban un mentiroso y un montón de gente más que en su vida había oído hablar de él». Los símiles poéticos quedaban estrictamente limitados a afirmaciones como «su poderoso corcel era veloz como el viento en un día bastante tranquilo, pongamos Fuerza Tres». Lamentablemente, al final Quimby fue asesinado por un poeta descontento durante un experimento realizado para demostrar la discutida precisión del proverbio «La pluma es más poderosa que la espada», y en honor a él se acordó añadir, «sólo si la espada es muy pequeña y la pluma muy afilada»».

Terry Pratchett. La luz fantástica (The Light Fantastic, 1986). Barcelona: Plaza & Janés, 1998; 277 pp.; col. Los Jet; trad. de Cristina Macía; ISBN: 84-01-47944-4.

16 octubre, 2005
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