Un texto de Etienne Gilson: «Hay un problema ético en la raíz de nuestras dificultades filosóficas; los hombres somos muy aficionados a buscar la verdad, pero muy reacios a aceptarla. No nos gusta que la evidencia racional nos acorrale, e incluso cuando la verdad está ahí, en su impersonal e imperiosa objetividad, sigue en pie nuestra mayor dificultad: para mí, el someterme a ella a pesar de no ser exclusivamente mía; para usted, el acatarla aunque no sea exclusivamente suya. En resumen, hallar la verdad no es difícil; lo difícil es no huir de la verdad una vez que se la ha hallado. Aunque no sea un “sí, pero…”, con frecuencia nuestro sí es un “si, y…” (…). Los más grandes filósofos son aquellos que no titubean en presencia de la verdad, sino que le dan la bienvenida con estas simples palabras: Sí, amén».
Etienne Gilson. La unidad de la experiencia filosófica (The unity of philosophical experience, 1936-1937). Madrid: Rialp, 1998, 4ª ed.; 280 pp.; col. Biblioteca del Cincuentenario; trad. de Carlos Amable Baliñas; ISBN: 84-321-3210-1.